Lo que pasa hoy.

 

Solo pido un ratito más.


Otra vez en las postrimerías del otoño aquí en el sur.

Un sabor a inexistencia, olor a muerte, sonidos ausentes producidos por los misterios de este algo que no se ve y hace estragos en los seres vivos humanos.

Impera el vacío de la razón y todo no es más que confusión liberando instintos primitivos por continuar siendo lo que sea uno es.

Voy saltando de un mundo a otro y no puedo descubrir cuál es el que cobijó mi nacimiento. Lo que me asombra sí encontrarme en el espacio con personas maravillosas regalándome una hermosa sonrisa que atesoro para llevármela quién sabe adónde.

Mi vida cae lentamente como las hojas del árbol de enfrente. Una llovizna que no se define por lluvia o nada, aves retomando vuelo apenas aminora un poco la humedad del aire que fatiga y adormece las energías de los activos.

Y sí, el otoño extraño se hace presente con todo su cargamento y nos volverá a tomar de sorpresa como aquél que hace un año raro ya nos trajera  convirtiéndonos en esto.

En horas hará su entrada; al menos me atrevo a despedir este verano extraño en una tarde sin color desprovista de vida en las calles de esta mi ciudad.

Gracias vida por tanto. Gracias por darme siempre “Un ratito más…”

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Yolanda O.

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