Una herramienta eficaz.

La llamo la herramienta que la vida nos da al nacer y que todos tenemos: Inteligencia.
Junto con ella el manual de instrucciones que nos permitirá, en el transcurso de todo nuestro trabajo de cada día, construir la obra asignada al momento de ser elegido para descubrir su propósito.  

Según observemos el exterior de nuestra mente, descubriremos con asombro y curiosidad el mundo que nos rodea. Es el instante de saber el para qué fuimos provistos de razonamiento. De nosotros depende el inicio, de nadie más.

Me preguntaron hace poco si deseaba tener todo lo que tengo hoy, respondí: ¡Nunca! solo hice lo que tenía que hacer, tan simple como eso. Lo demás llegó por añadidura.

Allá por la década de los ochenta, ejercía en otro distrito muy lejos de mi localidad, iba por la mañana de madrugada, a una escuelita rural, aceptaba aquéllas que nadie quería, por ser "de campo", pobres, insignificantes, de baja categoría y otras descalificaciones más... donde concurrían niños con su piel color café, no tenían el don de haber nacido rubios de ojos claros.

 Como conozco qué se siente ser discriminada, los quería con todo su contenido. Amaba esos lugares que regalaban a mis horas la dicha de conectarme con ese mundo infantil lleno de misterios y sorpresas.

En el tiempo que me quedaba iba a otra para turno tarde y en mi lugar de residencia a una escuela nocturna. Sí, una jornada completa de intercambio de conocimientos entre comunidades y yo.

De ese modo, sin proponérmelo, ahorraba, guardaba como hábito. Pero llegó un día que sentí la inquietud de invertir en algo y así compré un lote de terreno en un barrio apenas poblado, humilde con sus calles destrozadas y un panorama general desolado muy cerca del río, lugar poco deseable por sus desbordes en días de mucha lluvia. Aún así me gustó, creo que los hechos ya están prediseñados en un mapa del destino para que cumplamos nuestra misión del porqué existimos.

No me explayaré mucho sobre lo que esta imagen representa. Quien se encuentra cargando tierra con una pala, a las tres de la tarde de un mes de Enero, pleno verano y una temperatura de 35º, día sábado, era yo. No tenía conocimiento de esta foto, que llegó a mis manos un año despues, fue tomada por un vecino con cierta admiración según me contó su esposa en ese momento.


Aquí me encontraba llenando una carretilla con tierra para levantar el resto de lote sin construir, el cual quedó para parque. Pueden observar la casa que ayudé a construir junto a un futuro vecino de profesión albañil.

De lunes a viernes fui directora de escuelas; feriados y fines de semana trabajaba de peón de albañil. Manejaba máquina mezcladora, llenaba baldes con material, picaba ladrillos, y toda clase de tarea que hace un ayudante en albañilería. Aprendí casi todo de construcción, gracias a las enseñanzas de ese señor que con tanto gusto me indicaba para qué se hace ésto o aquéllo.

Es un pequeño resúmen de mi realidad; nunca me enteré de quién era el político de turno, no me ocupé de eso. Mis logros fueron fruto de esfuerzos incentivados por el amor a hacer las cosas. Todo lo he logrado sola, el mayor orgullo está en esta imagen. la construcción de Mi Hogar. Usé mis manos, mis brazos, mis fuerzas, y con mis poquitos kilos de peso, en apenas nueve meses HABITÉ MI CASA  con todo lo que en ella representa para mí hoy.

Moneda por moneda invertía en materiales, conocida, respetada y querida por dueños de corralones de materiales de construcción, de a poco, sin  apuro, recorrí un camino inimaginable. Mucha gente me ayudó, con enseñanzas, indicaciones, ejemplos, no hubo hombre en mi vida, ni familia, sola, siempre sola toqué el cielo sin darme cuenta.

Así ha sido y es mi vida en Luján. Como lo digo siempre, quiero a mi ciudad por su gente.

Gracias vecinos de entonces, gracias señores comerciantes que confiaron en mi palabra de honor. 
Gracias a mi Dios, mi padre, mi consejero, mi compañía, gracias a la vida que me da esta oportunidad para decirles que todo lo que queremos tener lo podemos lograr solos. Los demás, tiene su propia tarea para realizar.

¿Saben? Solo tienen que proponérselo.Y probarse a sí mismos cuán poderosos pueden ser.

Ojalá les hayan sido útiles estas sencillas palabras de una  HISTORIA REAL.

Un abrazo gente querida.
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Yolanda Ojeda.
Luján.
03/05/19
  

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