Distintos modos de ver.

Una tarde de septiembre, en medio del campo, cuando el turno tarde había concluido en la escuelita rural; nos quedamos tres maestras mirando el atardecer mientras esperábamos a quien debía ir a buscarnos para traernos a la ciudad; absortas dejamos de hablar contemplando esa maravilla detrás del horizonte, mi compañera ubicada a mi izquierda, rompió ese silencio diciendo: –si fuera pintor atraparía esta puesta de sol y la haría eterna.

La otra compañera solo dijo: –Por la forma de ponerse el sol, seguro mañana llueve...

No dije nada, a veces la sensibilidad poética no necesita expresión oral, Guardé silencio y continué con la contemplación.

Un solo lugar para  la conexión con algo más.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

En las aulas de otros tiempos.

Recordando: El patio de las glicinas

Para leer y disfrutar.