Había una vez... esa tarea tan especial.

Al momento de encontrar el espacio  de tiempo en un día como éste, lluvioso, muy frío casi noche, algo mueve en mi  interior para contar aun no sé qué y sucede esto:

 El silencio cómplice de mis pensamientos, me permite ahondar en el baúl de los recuerdos y extraer una tarea "para el hogar", clásico deberes escolares como el estudiar una poesía titulada  "El grillo", autor: Conrado Roxlo.

          Música porque sí, música vana
          como la vana música del grillo;
          mi corazón eglógico y sencillo
          se ha despertado grillo esta mañana.

          ¿Es este cielo azul de porcelana?
          ¿Es una copa de oro el espinillo?
          ¿O es que en mi nueva condición de grillo
          veo todo a lo grillo esta mañana?

Además de aprenderla de memoria, debíamos buscar el significado de las palabras que no entendíamos. Una entretenida forma de ampliar el vocabulario. Eso era muy bueno para mí que jugaba "a las visitas" con mis amigas de la escuela, con quienes practicaba una nueva forma de hablar bien. 

No solo recuerdo la poesía en sí, sino que me imaginaba ser un grillo con ese corazón poético único y sencillo para seguir latiendo armoniosamente despues del canto nocturno y perenne.

Un momento más que se repite en el tiempo que fue.

Un abrazo fraterno especialmente 
en el ¡DIA DEL AMIGO!

Como siempre, Yolanda.

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