El tiempo, amo y señor.

"Hace mil millones de años se nos dio la vida. ¿Qué hemos hecho con ella?"  Así comienza una película de mucho suspenso cuyo contenido parece haberse derramado del ánfora de mis pensamientos guardados hace mucho en esos momentos de profunda meditación.
¿Por qué siempre hago referencia sobre mi existencia? Porque todo lo que conozco del ser humano lo reconozco en mí. Nada tiene relación con la psicología en general. No se trata de "Ego", nada que ver. los relatos se refieren solo a la visión que tenía otra sociedad en otros tiempos. En aquéllos donde lo normal era tener una buena conducta. Y la viví. Doy a conocer mi parte humana porque solo sé de ella, no tengo el poder de "ver" la mente del otro, ese ser igual a todos los de la misma especie y único en su presencia, por ello es universal. No existe poder alguno que pueda saber con exactitud qué piensa otro ser de la misma calificación: HUMANO.
Esta introducción es conveniente para contarles sobre mi transición de un año que ya se fue hace unas horas y se transformó en pasado con tanta rapidez que el único amo y señor en ese acto fue un segundero de reloj hasta aquí y comienza otro porque determinado está que debe ser Enero, primer día. Ayer mismo, anoche, me sorprendió escribiendo el conteo descendiente desde diez y en esos segundos el inicio de este escrito ya se había pasado al año que en un instante pasó a formar parte de la historia. Por lo tanto, el comienzo del presente relato  pertenece al  pasado reciente. Continúo en otro muy nuevito.
Me he convertido en mi propio experimento para comprender cómo trabaja el cerebro, mis tiempos no dan para asombrarme de cómo funciona  el "otro" si casi no conozco el mío. Llegó el año 2016, lo esperamos con mucha esperanza, como hacemos todos los años, y transita sin detenerse; lo que se lleva en sus alforjas, no vuelve. Hoy comenzó una nueva etapa, en muchos aspectos en los cuales debemos como civilización poner de nuestra parte lo que sea necesario. Si no lo hacemos entre todos, nadie lo hará. Algunos estamos "filosofando", otros pasando momentos críticos, sucesos que estremecen las noticias en todo el mundo, de todos modos hubieron festejos y sí, la alegría es más necesaria que nunca. 
Lo que anhelo con vehemencia que ustedes amigos queridos, dejen de lado por un instante el sabor amargo de los sinsabores y beban del elixir de la felicidad, solo hay una oportunidad. Aprovechémosla con la alegría de la ocasión. Recuerden: Mañana será otro día...
¡¡FELIZ AÑO NUEVO!! De corazón
Yolanda

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